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En el momento perfecto

sábado, 26 de julio de 2008


Sin predecir tu llegada apareciste, internamente fuiste la salvación para ese momento particular de mi vida en el cual necesitaba de alguien como tú, buscando la paz, la serenidad pero a la vez lleno de impulsividad y energia.

El mar y toda su energia fue testigo de nuestra unión, porque tu y yo somos seres de mar. Al principio quería correr porque me estabas llevando a un sitio en el que había estado una vez y no quería volver por temor a sentir intensamente, pero sin darme cuenta ya estaba ahí contigo, y sencillamente me dejé llevar, "ya no mas resistencia", déjate llevar y pasea entre las olas como lo hacen los devotos de éstas.

Y así fue, pero apenas aprendía a manejar la ola tu te bajaste y decidistes no seguir. Por primera vez entendí qué era lo que querías sin decirmelo y tomé la decisión de renunciar a lo que ya estaba queriendo desde hace rato, con mucho dolor y con mucha rabia te dejé para evitarme mas daño.

Ya ha pasado mas de un año, con las esperanzas a flor de piel, quiero cerrar este ciclo, pues durante este tiempo siempre has estado presente. Con una pelea constante entre mis pensamientos y mis sentimientos me debato insistentemente porque yo quería una segunda oportunidad y darme cuenta de las cosas en las que pudimos haber fallado. Pero tu decisión no era la misma que la mia, no hay segundas oportunidades y me lo hiciste saber muy bien, aquel día que te ví muy feliz con otra en tu vida.

Creo que mi orgullo no me deja desearte mas felicidad, pero se que muy en el fondo eres especial para mi, yo deseo profundamente tu bienestar y tu paz interior, espero que la hayas encontrado, yo aún la busco, aparece momentaneamente, la puedo retener y la siento, pero luego desaparece con la plena seguridad de regresar.

Definitivamente llegaste en el momento perfecto, para enseñarme una lección de vida que me acompaña porque aún no la sé manejar, pero si sé cual fue el motivo de enseñarmela: apreciar las oportunidades maravillosas que el amor trae a mi vida, cuidarla y darle cuotas de cariño y no dañarla con la agresividad del ruido de mi voz.

Cuando te llevaste todo lo mejor de mi


...No hay título, no hay palabras,

tan sólo las de tu nombre que salen con dificultad,

porque todas mis palabras, además de muchas otras cosas,

te las llevastes tu,

y me dejastes vacía.

La mejor combinación de las letras

con la esencia que cautiva

te lo llevaste tu...

por eso ya no escribo nada.